martes, 4 de diciembre de 2007

Orgasmos a domicilio por la Gracia de Dios


¿Incorporará la Iglesia de Roma el cibersexo a su próximo catecismo, si es que les da tiempo a crear uno nuevo antes de la guerra con China?. Si Benedicto, ayudado por el Palomo, le dedicara un segundo a este asunto, constataría que el cibersexo es la panacea que solucionaría de golpe una buena parte de los inconvenientes doctrinales que padece hoy la Iglesia de Roma (no de Cristo, que no tuvo nada que ver) :-) Y eso si existió, que hay cosas que tengo muchísimo más claras. Si tiene en cuenta que Jesucristo hizo su primer milagro en una boda, convirtiendo el agua en vino, lo cual dice mucho a favor de Jesús y muy poco a favor de los que se proclamaron como sus sucesores, podría discutir con el mencionado Palomo la conveniencia de promocionar los matrimonios cibernéticos y establecer como sin mácula la práctica del sexo en solitario. Así, mediante una pequeña concesión, librando a la masturbación de la categoría de pecado, de golpe y porrazo eliminaría el incómodo asunto del uso de preservativos, solucionaría lo del SIDA, los embarazos no deseados, el problema de los homosexuales y las lesbianas y el sexo “precoz” entre adolescentes que, a partir de ese momento, verían legalizadas y bendecidas sus pajillas y ya no tendrían que conformarse con ver solamente en la tele esas cosas inocentes que no ponen en peligro la salvación de sus tiernas e inocentes almas (asesinatos, hambre, torturas, violaciones, guerra, violencia doméstica, insultos, peleas, discusiones, incendios intencionados, telebasura y a Ana Obregón si es que aún sale) y podrían echarle un vistazo, de vez en cuando, al antes pecaminoso culo o la teta de una señora. Podría, incluso, escribir una encíclica (Valvulam Scaporum, por ejemplo) en la que bendijese el onanismo y otras prácticas en soledad acompañada. Imaginemos un caso práctico. El gay o la lesbiana (cuyas almas ya están condenadas) conocen a un semejante en un chat. Sin temor alguno a ser mal vistos por el Ojo del Creador, comienzan a darle al manubrio, o “equivalente” en el caso de ellas, mientras se escriben cosas íntimas (antes guarrerías) o se las dicen por el micrófono. Al mismo tiempo contemplan sus expresiones de placer (ya libres de pecado) por la webcam. La cosa les sale tan bien que deciden repetir más veces el asunto y un buen día adoptan a un tamagochi para cuidarlo juntos. A partir de ese momento la felicidad se instalará en sus vidas y la Iglesia de Roma podrá estar tranquila. ¿Por qué? Muy fácil. Estas serían las ventajas: 1.- Los homosexuales y las lesbianas se quedarían en sus armarios con el ordenador encendido y ya no se les vería tanto por las calles. 2.- Se arruinaría la industria del condón porque ya no sería necesario y consecuentemente iría desapareciendo el SIDA y otras enfermedades. 3.- La práctica del cibersexo se adaptaría a los fines reproductivos doctrinales que establece la Santa Iglesia de Roma porque decretarían como “indefinido” el número de pajas que habría que hacerse hasta la entrañable “aparición” del tamagochi en las vidas de los implicados. 4.- Disminuiría mucho la violencia doméstica… o solamente la sufriría la webcam, el TFT, el teclado, el ratón, ó, en casos muy graves, la CPU y la butaca, modelo “ejecutivo”, comprada en Continente. Asimismo, disminuiría la criminalidad sexual y la pederastia e, individuos como los políticos belgas, podrían hacerse pasar por adolescentes para entablar relaciones cibernéticas con gente de su “edad” sin tener que asesinar. 5.- Los padres se verían libres de la molestia de tener que explicar a sus hijos adolescentes de dónde vienen los niños y París sería, de nuevo, una ciudad tranquila como en tiempos de Asterix y Obelix. :) 6.- Se crearía toda una gran industria alrededor de esta práctica y se fabricarían almohadillas para ratón absorbentes, ventiladores eróticos, complementos de cuero para la webcam y un largo etcétera con la consiguiente creación de miles de puestos de trabajo. La prostitución cibernética, por ejemplo, sería una gran solución para erradicar a esas almas perdidas de las calles. Además, como esa función social, suele ser desempeñada por inmigrantes ilegales, éstos no tendrían ya que moverse de sus países de origen para ejercerla y consecuentemente el gobierno no se vería en la obligación de decretar ninguna nueva regularización para los sin papeles. Tan sólo informarles sobre la ADSL. 7.- La Iglesia podría crear una larga serie de tamagochis para que fueran adoptados, con rostros de chinitos, negros o árabes. Así, de esta forma, los yupies y demás tribus, verían satisfecha su necesidad de solidarizarse con el infortunado Tercer Mundo mediante la adopción de un tamagochi no anglosajón y además, en caso de fallecimiento del mismo por descuido en su atención, el trauma no sería tan grave por tratarse de algo totalmente habitual en el mundo que nos rodea. :( 8.- Mediante programas espía y otros seguimientos tipo Echelon, las fuerzas de seguridad empresariales que velan por nosotros podrían hacerse con un perfil de cada individuo, basándose en sus prácticas sexuales, para evitar la construcción de armas de destrucción masiva. 9.- Bueno. Termino con el nueve para que no me descuadre el 10 la alineación del texto. Eso. Muchas ventajas y pocos inconvenientes. En fin. Que sería cuestión de que Benedicto lo meditara, si es que no lo está haciendo ya en esos ratitos de ocio con el buen Palomo en los que recuerdan juntos su gloriosa época en las juventudes hitlerianas.