lunes, 28 de abril de 2008

Lo específico en las ideas de Mujeres Libres


El feminismo hispano anterior al nacimiento de MM. LL. era un movimiento que expresaba visiones y objetivos de clase media, con énfasis en el logro paulatino de los derechos políticos, ocupándose poco o nada de la discriminación social, educativa y cultural que padecían las españolas obreras y campesinas. La aparición de este colectivo libertario marca una ruptura con esas limitadas experiencias previas, así como con el esfuerzo paralelo en el tiempo de comunistas, socialistas y fascistas de crear las secciones femeninas de los respectivos partidos, concebidas como correas de transmisión para llevar consignas y ordenes políticas a un sector que en lo esencial debía someterse a la dirección partidista (integrada siempre por varones, si acaso con alguna mujer que aceptara esa dominación de género).
A pesar del apoyo orgánico y la afluencia de activistas provenientes de las otras instancias del movimiento libertario (CNT, Federación Anarquista Ibérica —FAI—, Juventudes Libertarias, los Ateneos), desde el principio Mujeres Libres insistió en funcionar de modo autónomo, sin subordinarse a ninguna de las estructuras previamente existentes, pues se consideraba que la organización femenina separada permitiría una acción más eficaz en los temas que particularmente concernían a la mujer, ya que sólo con la acción femenina autogestionada se podría adquirir la confianza y capacidad para participar como iguales a los hombres en la tarea de construir un mundo mejor. Esto se explicaba así en la revista Mujeres libres: «No luchamos contra los hombres, No pretendemos sustituir el dominio masculino por el femenino. Es necesario trabajar y luchar juntos pues sino nunca tendremos la revolución social. Pero necesitamos nuestra propia organización para luchar por nosotras mismas».
MM. LL. compartía sin duda la estrategia anarcosindicalista de lucha de clases y la visión comunista libertaria de la CNT y la FAI, pero entendía que en ese marco cabía desarrollar sus objetivos organizacionales específicos, resumidos en dos consignas: CAPACITACIÓN y CAPTACIÓN. Lo primero se refería al trabajo educativo, para ayudar a las mujeres obreras y campesinas a superar las enormes carencias de instrucción formal que padecían, lo cual era condición básica para acceder a lo segundo, pues las mujeres que se superaban a través de la educación podrían incorporarse y participar activamente en ese proceso de transformación social profunda impulsado por el movimiento libertario español en las áreas donde tenía predominio (particularmente en Cataluña y Aragón).
Como propuestas para modificar a corto plazo la situación femenina en España, los esfuerzos más insistentes de la Agrupación apuntaron a lo siguiente:
  • Sobre el trabajo: La participación de la mujer era indispensable, porque en ello se fundaba la independencia económica femenina. Por las urgencias de la guerra civil se aceptó que las mujeres trabajaran en las fábricas, pero MM. LL. no quería simplemente esa función de emergencia, pues propugnaba un derecho definitivo al trabajo. Además pedían comedores populares, guarderías, y que las faenas hogareñas fuesen compartidas.
  • Relaciones de pareja: Este aspecto lo vinculaban con la independencia económica, pues sin ésta no es posible construir una relación basada en la libertad. También repudiaban el control y sanción institucional (estatal o eclesiástico) sobre las uniones.
  • Prostitución : Sobre este tema hicieron proposiciones originales. Estaban en su contra pero a favor de las prostitutas. Decían que no se podía acabar con la explotación sexual sólo con medidas policiales, pues ello supondría dejar sin trabajo a muchas mujeres. Plantearon que inicialmente debía existir una prostitución liberatoria, con exámenes y tratamientos médico-sicológicos, orientación y capacitación en trabajos sustitutos, ayuda moral y económica, que progresivamente llevasen a la desaparición de este «oficio».
  • Educación de l@s niñ@s: siendo un asunto al que prestaron la mayor atención, sostenían que en las escuelas capitalistas se adquiría una mentalidad burguesa, por lo que era esencial que todos los involucrados diesen un giro total al proceso educativo, potenciando una escuela para la libertad a la que asistiesen juntos niñas y niños, iniciativa radical para la época en España.
  • Familia: Criticaban su autoritarismo, jerarquización y el poder paternal. En su opinión, la mujer y l@s hij@s carecían de todo derecho a expresarse dentro de la familia tradicional y el sistema capitalista utiliza esta institución para favorecer la propiedad privada, de modo que la estructura familiar debía transformarse radicalmente en términos de igualdad, libertad y solidaridad.
Es necesario apuntar que las ideas y la existencia misma de Mujeres Libres enfrentaron resistencias incluso dentro del ámbito libertario, donde a pesar de brindarse apoyo económico, locales de funcionamiento y espacio en la prensa ácrata, no se quiso reconocer a la Agrupación como un organismo igual a las otras ramas del movimiento libertario (CNT, FAI y Juventudes). Ciertamente tal resistencia a reconocer la especificidad y necesidad de autonomía en la lucha femenina puede interpretarse como una muestra de la opresiva tradición del dominio de género, presente con todo su peso en la España de entonces, que llevaba a un grueso sector del anarquismo ibérico a ver la lucha de Mujeres Libres con condescendencia pero como algo secundario. Ni que decir, que fuera del ámbito ácrata, eran vistas como la expresión más acabada y pintoresca de la «locura anarquista», infamia que luego se usaría para justificar un desdén que para algunos sigue vigente aún...