viernes, 11 de abril de 2008

Nuestra memoria


La Coruña estrenará el sábado un monumento de homenaje a las víctimas de uno de los episodios más sangrientos de la represión franquista, la fuga frustrada en O Portiño en marzo de 1937 de un centenar de jóvenes anarcosindicalistas.

El único pecado de las víctimas de O Portiño fue pretender huir por mar, hacia la aún republicana Asturias o a Francia, de la brutal represión que los fascistas de 1936 ejercían en una ciudad como A Coruña, donde la Confederación Nacional del Trabajo,(CNT) el entonces poderoso sindicato anarquista, contaba, en su sección denominada Despertar Marítimo, con 20.000 afiliados.
El mar era, en esta esquina de una España entonces partida en dos, la única frontera democrática. Se organizaron hasta 20 fugas clandestinas desde la costa coruñesa. Trece fueron exitosas. Pero un chivatazo que ahora se sabe fortuito a la Guardia Civil abortó violentamente el plan en el pequeño muelle de O Portiño, al pie del Monte San Pedro, cuando aquella noche lluviosa del 3 de marzo un centenar de personas estaban a la espera de dos pesqueros libertarios que nunca llegaron. Pocos lograron huir de la batida militar, que duró toda la noche, según la investigación del historiador Eliseo Fernández. Unos, en número desconocido, se ahogaron, otros murieron bajo las balas, y 28 jóvenes fueron capturados. Tras un juicio sumario en que se les condenó por rebelión militar, 16 fueron fusilados tres meses después y el resto, encarcelado de por vida. Aún se sabe poco de lo ocurrido aquel día. Sólo se tiene constancia, de momento, de la identidad de 19 asesinados. Sus nombres y apellidos, grabados y rellenados con plomo, el mismo material que el de las balas que les mataron, son la única marca de la larga pasarela de acero que desde ayer preside este rincón del mar coruñés. El monumento se inaugurará el próximo sábado con un acto en el que rendirá un homenaje a todas las víctimas de aquella fuga frustrada de O Portiño en la que se truncaron, hace ahora 71 años, los sueños y hasta la vida de jóvenes coruñeses que sólo buscaban huir para poder vivir en libertad.