domingo, 12 de abril de 2009

Compañero en huelga de hambre


El compañero en huelga de hambre continua firme en la lucha
viernes, 10 de abril de 2009


En el año 2006 el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada adjudicó el servicio municipal de recogida de basuras y limpieza viaria a STV Gestión, a pesar de que la oferta presentada por la empresa era la económicamente más costosa para las arcas del Ayuntamiento del PSOE. STV Gestión pertenece al mismo grupo que las grandes constructoras Intersa y Urdemasa, habituadas a resultar adjudicatarias de cualquier obra pública de envergadura en las comarcas de la Vega Baja y del Campo de Cartagena.

Contra la anterior contrata, los trabajadores de la basura nunca esgrimieron ninguna protesta; sin embargo, desde el mismo momento en que fueron subrogados a STV Gestión empezaron los problemas para ellos. Tales fueron los incumplimientos del convenio colectivo por parte de STV Gestión que a los tres meses de trabajar para el Ayuntamiento ya se produjo un conato de huelga, aunque no fue hasta el verano de 2007 cuando se convocó una huelga indefinida: la plantilla tenía la firme voluntad de poner fin al sistemático pisoteo de los acuerdos firmados en materia de derechos de los trabajadores, distribución de las cargas de trabajo y turnos y jornadas laborales.

Pilar de la Horadada fue noticia por la acumulación de toneladas de residuos urbanos en las calles. Las altas temperaturas propias de la temporada estival propiciaron que el ambiente tanto en el casco urbano como en las playas de municipio fuese irrespirable. Los vecinos tuvieron que soportar olores nauseabundos y las personas que vienen al municipio a descansar en sus vacaciones de verano no recuerdan aquéllas precisamente como las más agradables de su vida… Sin embargo, muchos vecinos se solidarizaron entonces con los trabajadores de la basura, obreros como ellos, pues eran conscientes de que, en huelga, un trabajor deja de percibir su salario e interrumpe sus cotizaciones a la seguridad social, por lo que las motivaciones de una plantilla entera que ejerce el derecho fundamental de huelga deben ser muy poderosas: en ningún caso se pueden juzgar a la ligera.

Estas movilizaciones tuvieron como desenlace un hecho insólito: los rescates de la contrata por parte del Ayuntamiento que, por su cuenta y riesgo, dotó con personal al servicio del municipio los camiones de STV para retirar los residuos urbanos de las calles, con lo que se consiguió atenuar el impacto de la huelga, en un atentado flagrante contra el ejercicio de este fundamental derecho. Aquella actuación del Ayuntamiento todavía puede, a día de hoy, acarrearle consecuencias penales si finalmente prosperan las acciones que se han interpuesto en vía judicial.

CC.OO., el sindicato que por aquel entonces representaba mayoritariamente a la plantilla firmó, de espaldas a ésta, un acuerdo de finalización de la huelga que contribuyó a que la herida se cerrara en falso y el conflicto se enquistara, pues de ninguna manera se resolvieron las reivindicaciones de los trabajadores. Los representantes de los trabajadores iniciaron una ronda de contactos en busca de un nuevo sindicato que defendiera realmente sus intereses en lugar de pactar con el patrono y traicionar su confianza. Se constituyó la Sección Sindical de CNT en la empresa y, desde ese momento, se intensificaron las acciones de protesta. La gerencia de STV Gestión, malacostumbrada a contar con un interlocutor sindical que bailaba al son que la empresa tocaba, vio con muy malos ojos este radical cambio de cariz y decidió emprender una campaña de represión de la libertad sindical encaminada a desanimar y amedrentar a los afiliados de CNT.

En octubre de 2008, dos trabajadores pertenecientes a la Sección Sindical fueron despedidos. Nuestra organización convocó una manifestación de protesta contra estos despidos por las calles de Pilar de la Horadada a la que, además de los miembros del Comité Nacional, acudieron compañeros del sindicato procedentes de la provincia y de regiones vecinas para mostrar su solidaridad con nuestros afiliados de STV Gestión.

Las sanciones a los miembros de la Sección Sindical de STV Gestión constituyen, a estas alturas, el pan nuestro de cada día. Entre las más peregrinas se cuenta, sin duda, la impuesta a nuestro compañero Carlos Villamar Cedeño que fue suspendido treinta días de empleo y sueldo por faltar a trabajar el día en que ingresaron de urgencia a su hijo —apenas un bebé de tres meses— en el hospital, a pesar de aportar el correspondiente justificante de su ausencia.

La última sanción la ha sufrido nuestro compañero José Antonio Gracia Figueroa: diez días de empleo y sueldo por ponerse unas vacunas en el Centro de Salud en lugar de utilizar los servicios médicos de la empresa. El año anterior, estos mismos servicios médicos le habían diagnosticado por error que padecía hepatitis… como para fiarse de ellos. El trabajador prefirió acudir a vacunarse a su médico de cabecera. ¿Es esto tan imperdonable? Cuando le fue comunicada la sanción, a la empresa no le gustó la cara que puso el trabajador y decidió que se merecía un despido fulminante. Casualmente, José Antonio Gracia Figueroa es el Secretario de la Sección Sindical de CNT en la empresa…

Desde el pasado 2 de abril, este trabajador mantiene una huelga de hambre para protestar contra su despido. En un primer momento, se encerró en la iglesia parroquial, pero fue desalojado por las fuerzas de orden público. Al día siguiente, se instaló frente al templo, decidido a continuar la huelga de hambre, en una tienda de campaña que retira respetuosamente cada vez que hay una aglomeración de público con motivo de los actos de la Semana Santa, porque lo que menos quiere José Antonio es molestar a sus vecinos. Lo único que pide es que se le devuelva su puesto de trabajo.

Nos preguntamos cómo no se les cae la cara de vergüenza a los responsables de la empresa al acordarse de las tres criaturas que tiene José Antonio, cómo es posible que la clase trabajadora tenga que soportar este tipo de indignidades sin que nadie asuma responsabilidades y dimita de su cargo, porqué debemos permitir que, en el seno de esta crisis tan feroz que los obreros estamos cargando sobre nuestras espaldas, vengan empresuchas de esta catadura a llenarse los bolsillos con el dinero municipal, cuándo va a tomar el Sr. Alcalde cartas en el asunto, si es que tiene alguna intención de mover un dedo…

José Antonio Gracia Figueroa y toda su familia, en estos tiempos que corren, donde parece que los trabajadores nada más tenemos el derecho de oír, ver y callar, donde una palabra más alta que otra tiene como consecuencia la pérdida de nuestro puesto de trabajo, se erigen para todos nosotros en un ejemplo de dignidad, valentía y lucha obrera. El pueblo de Pilar de la Horadada no les puede dejar solos porque son un caso de coraje muy fuera de lo corriente.

Ahora, por lo visto, también molesta en la plaza de la iglesia. La policía local le ha comunicado que entorpece los “actos litúrgicos” y está intentando que se quite de en medio. Al que le molesta de verdad es al alcalde socialista que, como aún parece que le queda un ápice de vergüenza, aparta la mirada cada vez que pasa por allí, que por cierto, es bastante a menudo porque no se pierde ni una procesión ni una misa. Se ve que está rezando para que nos abran una oficina del INEM aquí y así nos ahorramos por lo menos la gasolina hasta Torrevieja, que es hasta donde vamos todos los trabajadores del pueblo en procesión.

Federación Comarcal de Cartagena y Vega Baja