domingo, 10 de mayo de 2009

Sobre la CNT-AIT


¿Cómo afiliarse a la CNT?

La afiliación se hace en persona, para ello tienes que dirigirte a la localidad más cercana a la tuya donde haya locales de la CNT.

No hacemos distinción a la hora de la afiliación, los requisitos son: que seas trabajador o estudiante, en paro o en activo. Las únicas personas que no pueden afiliarse son aquellas que pertenecen algún cuerpo represivo (policías, militares, guardias de seguridad) ni empresarios u otros explotadores.

Los beneficios de estar afiliado a un sindicato son que tus compañeros te pueden ayudar en caso de conflicto laboral, pudiendo experimentar lo que es la solidaridad real, algo que no es muy común en nuestros días, y que puedes consultar con ellos todas tus dudas y problemas, establecer estrategias de acción sindical, acceder a información sindical y laboral, etc.

No nos consideramos un sindicato de servicios ni una gestora sindical, las decisiones las tomamos en asamblea, por lo que no delegamos en comités de empresa a través de elecciones sindicales.
No tenemos ningún problema en cuanto a los comités de empresa, siempre y cuando la sección decida participar en ellos y el delegado sea aceptado, ya que teóricamente son los que deberían coordinar a los trabajadores y las decisiones de estos en las asambleas de los tajos.

¿Puedo afiliarme por correo, fax, correo-e...?
La mejor forma de estar al tanto de lo que se cuece en el sindicato es participando
activamente en el día a día y en las acciones que se lleven a cabo, por ello para afiliarte tienes que pasar por el Sindicato más cercano a tu localidad.

¿Por qué una cuota?
La cuota mensual de afiliación, gracias a la cual funcionan los sindicatos, oscila entre 8 y 10 €, según la localidad.
El motivo de esta cuota mensual no es un capricho, sino que obecede a una necesidad: el mantenimiento de los locales sindicales donde nos reunimos, que generan un gasto de alquiler o comunidad, luz, teléfonos, faxes, agua... y la financiación de campañas de propaganda sindical y de conflictos laborales en los que se ven inmersos los afiliados.

Al no recibir subvenciones estatales o privadas ni ayudas oficiales de ningún tipo (al contrario que sindicatos como CCOO y UGT) mantenemos nuestra independencia, la CNT se autogestiona. La cuota de cada afiliado/a es la base que lo hace posible. Sobre esto, el trabajo diario de los/as militantes de la CNT hace posible el funcionamiento de cada Sindicato.

¿Qué es la CNT?

Fundada en 1910 en Barcelona, a partir de la unión de las sociedades obreras no vinculadas a las corrientes socialdemócratas, la CNT sigue fiel a los principios anarcosindicalistas que la infundaron desde siempre, y es la única heredera en el Estado español del espíritu de la Primera Internacional.

La CNT es, hoy por hoy, el único sindicato en el Estado español totalmente independiente de directrices políticas, en el que los que deciden son los trabajadores afiliados y no un comité de profesionales del sindicalismo, que renuncia a la financiación del Estado y la Patronal para mantener su independencia económica, y que no deja las negociaciones en manos de intermediarios.

Nuestros objetivos
Desarrollar en los trabajadores el espíritu de asociación, practicar el apoyo mutuo y la solidaridad entre los trabajadores, representar, defender y promocionar los intereses económicos, sociales, profesionales y culturales de los afiliados, así como programar las acciones necesarias para conseguir las mejoras sociales y económicas, tanto para los afiliados como para los trabajadores en general.

Quienes somos
Los afiliados de la CNT son todos aquellos trabajadores que se sienten explotados por sus patronos, que ven cómo dia tras dia se ignoran sus derechos, mientras una clase privilegiada anuncia sin pudor el crecimiento de sus beneficios.

Para ayudar a la consecución de sus fines, entendiendo que la creciente globalización de la economía es un fenómeno que los trabajadores no podemos ignorar, la CNT está asociada con otras Organizaciones obreras afines de todo el mundo, dentro de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), heredera de la 1ª Internacional y fundada en Berlín en 1922.

Los trabajadores del Astillero de Puerto Real, los agricultores de Pedrera y su comarca, los trabajadores de la Nuclear de Lemoniz, son testigos y protagonistas de las luchas llevadas a cabo por la CNT durante los últimos 20 años, y de cómo la practica anarcosindicalista es capaz de llevar a buen término las reclamaciones de los trabajadores.

Por otra parte, en la CNT no hay líderes que marquen las pautas de la organización, sino que son todos los trabajadores afiliados los que aportan su energía y sus ideas para hacerla funcionar todos los días.

Preguntas sobre cuestiones culturales
En la CNT se encuentra la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo -FAL- que se encarga de la gestión y el archivo del patrimonio cultural del Sindicato, así como de la investigación y la actividad editora de libros.

Qué es el Patrimonio Histórico
Todo lo incautado por el Estado franquista con la ley de responsabilidades políticas de 1939.
Tras la Guerra Civil, el Estado ilegalizó a todos los sindicatos y entre ellos a la CNT, y se apropió de los recursos de los que el Sindicato se servía colectivamente: bienes muebles (vehículos, imprentas, maquinaria...) e inmuebles (edificios, tierras, minas...), cuentas bancarias, empresas colectivizadas, películas y fotografías, documentación... Todo esto significaba mucho dinero puesto que la CNT al empezar la Revolución contaba con un millón de afiliados y una infraestructura poderosa. Los afiliados pues quedaron despojados de la base para reconstituir el Sindicato como antes de la guerra.
En los años 70, cuando la CNT es legalizada, se inicia la campaña para reivindicar la devolución de nuestro patrimonio histórico, aún hoy no devuelto por la falta de colaboración de la Administración, depositaria de la documentación que prueba la pertenencia de todos esos bienes.

Qué es el Patrimonio Sindical Acumulado
Son inmuebles en manos del Estado pagados con las cotizaciones obligatorias de todos los trabajadores en tiempos de la dictadura franquista, por las cuotas obligatorias a los sindicatos verticales.
La ley 4/1986 y el reglamento de esta ley sobre patrimonio acumulado e histórico obliga por un lado a la devolución de los bienes incautados, que nosotros seguimos reclamando, y por otro al derecho de las organizaciones sindicales a la cesión y uso de los inmuebles para su funcionamiento y organización. El Estado otorga esta potestad a los sindicatos menos minoritarios y a la CNT se le deniega sistemáticamente su uso.

Todos los locales de patrimonio acumulado utilizados por la CNT han sido por la ocupación sindical y no cedidos voluntariamente. Nos obligan a medidas como esta y como la que motivó a finales de los 90 los sucesos del CES (por los que hay encausados/as más de 100 personas por encerrarse en el Centro Económico y Social de Madrid para reivindicar la devolución de nuestro patrimonio).

La diferencia entre CNT y CGT
En diciembre de 1979, la CNT celebra su primer congreso tras la muerte de Franco. Un sector minoritario que es partidario de las elecciones sindicales se escinde y pasa a llamarse CNT congreso de valencia (en referencia al Congreso alternativo realizado en esa ciudad) y posteriormente, perdidas judicialmente las siglas, a CGT.
Además de lo referente a las ELECCIONES SINDICALES, CGT se presenta y CNT no-, otra serie de aspectos diferencian ambas organizaciones: en CGT se aceptan las subvenciones obtenidas en los resultados de las elecciones sindicales, miembros de partidos políticos pueden ocupar cargos orgánicos..., aspectos que en CNT, en aras de una total independencia de partidos, gobiernos y poderes, no están permitidos.
La cada vez mayor deriva burocrática y reformista de la CGT la llevará en 1990 a que varios sindicatos se desgajen de ella formando una nueva organización denominada Solidaridad Obrera, que se diferenciará de las dos anteriores por dar libertad a sus secciones sindicales para presentarse o no a las citadas elecciones sindicales (aunque tiene similitud con CNT en cuanto a que no acepta subvenciones y tampoco los miembros de partidos pueden ocupar cargos orgánicos).

Elecciones sindicales


Origen de las elecciones.

Estas elecciones son herederas de las elecciones que se realizaban durante la dictadura franquista. En esa época existía un sindicato obligatorio, que era llamado Sindicato Vertical. Periódicamente los trabajadores eran llamados a elegir a sus Enlaces Sindicales. Aunque otros sindicatos estaban prohibidos, los miembros de CCOO, de USO, sectores cristianos, comunistas, participaban en las elecciones como independientes. CNT y UGT boicoteaban esos procesos electorales a los que consideraban simples farsas destinadas a sostener la dictadura dándole un aire democrático, y eliminar cualquier tipo de conflicto social. Cuando murió el general Franco, desapareció el Sindicato Vertical debido a las múltiples protestas de los trabajadores en el año 1976. Los herederos del franquismo, la UCD, convocaron elecciones en las que empezaron a participar todos los sindicatos actualmente existentes. CNT decidió boicotear esos procesos electorales por una serie de motivos que os vamos a enumerar.

A) Lo que pasa antes de las elecciones.

1.- Sólo una minoría de trabajadores son llamados a las urnas. En España, según datos del Ministerio de Trabajo, hay más de dos millones de empresas que contratan a menos de cinco trabajadores. Las elecciones sindicales dejan fuera de juego a millones de trabajadores jóvenes, precarios, inmigrantes, a mujeres, a sectores que son precisamente los más débiles del mercado laboral.

2.- Los trabajadores que sí tienen elecciones sindicales, normalmente en empresas de más de 250 trabajadores, se ven obligados a elegir una candidatura cerrada de candidatos. Es decir, ni puede presentarse cualquiera a las elecciones, ni se puede votar al candidato preferido, ya que la candidatura marca el orden estricto de los candidatos. No puedes tachar a quien te resulte antipático, ni adelantar al que tú consideres más idóneo. Si quieres presentarte a candidato, tienes que montar una candidatura o meterte en una ya hecha.

3.- Los sindicatos suelen montar sus candidaturas con cualquier tipo de persona que se preste a ello. No valoran las cualidades de los candidatos, sino que buscan a mientras más gente mejor. Van a la caza del candidato con un discurso que les dice: preséntate, no importa si luego no quieres hacer nada. Los sindicatos intentan tan sólo presentar muchas candidaturas y sacar muchos delegados.

4.- Como la ley otorga una serie de privilegios a los candidatos elegidos, muchos de los candidatos se presentan a las elecciones por obtener esas prebendas: crédito horario, estabilidad en el puesto de trabajo, libertad de movimientos.

5.- Para atraer a los votantes, los sindicatos necesitan un programa y hacer una campaña. El programa es siempre una promesa en la que se deja para mañana lo que debería ser conseguido hoy. Además, puedes comprobar que todos los programas prometen lo mismo: derechos, democracia, etc. Es sabido que una vez conseguido el cargo, el programa es dejado a un lado.

6.- Las elecciones implican una lucha sucia e inmoral entre sindicatos. Las distintas centrales intentan a toda costa evitar la presentación de candidaturas rivales. Por ello los candidatos son presionados para que renuncien, las listas vigiladas para impugnarlas, y el proceso revisado para hacerlo caer. A los sindicatos no les interesa la democracia, la pluralidad de opiniones, la presentación de opciones diversas, sino la destrucción del rival.

B) El día de las elecciones

1.- En el día electoral asistirás al espectáculo de ver a apoderados, interventores y supervisores sindicales pasear por los distintos servicios y centros de trabajo, cazando votantes. Ese día se dora la píldora al trabajador. Se le recuerdan pasados favores hechos, y los que aún puede recibir: traslados de puesto, promoción, carrera profesional, acceso a cursillos y horas extras, etc. Es el día en que por medio de la sonrisa, del agarre del brazo y de la invitación a la cerveza, los sindicalistas confraternizan con el currante.

2.- En el día electoral, si te decides ir a votar, sentirás la extraña sensación de estar realizando un ritual vacío, carente de sentido. Es como ir a misa sin ser católico. Las motivaciones para el voto, son de lo más diversas. Unos votan porque hay que votar; otros por ver que pasa; otros por escaquearse un rato del curro; otros votan por no quedar mal ante fulano o zutano; otros por miedo a perder sus posiciones privilegiadas. Y muy pocos, por no decir nadie, piensa que están eligiendo a sus representantes laborales. Hay además, un montón de gente que no vota ¿Por qué?

C) Después de las elecciones

1.- Porque mediante las elecciones no eliges a tus representantes. Al votar lo que haces es otorgar poder a una persona para que decida en tu nombre. Tú no puedes controlar al delegado, no puedes exigirle que cumpla su programa, rápidamente olvidado. La ley otorga al delegado poder para negociar, firmar e imponer su voluntad al trabajador; por la posición que ocupa traba amistad con jefes, directivos y capataces; consigue mano para enchufes, chanchullos, pasteleos y enjuagues. El delegado es un especialista que aprende normativa y leyes, que te explica lo que está bien y está mal de acuerdo con la ley. ¿Y has visto tú alguna vez que la ley te beneficie?

2.- Tu delegado, además, si está encuadrado en un sindicato, es controlado por la organización a que pertenece, que se apresurará a quitarle sus recursos (horas de liberación), para otorgárselas a los jefes sindicales. Esos jefes están muy por encima de tus pequeñas necesidades (salarios, turnos, movilidad, uniformes, calzados)... y se dedican a cuestiones de alta política: pactos, reconversiones, grandes acuerdos pasan por sus manos. Y gracias a ellos, cada año que pasa hay nuevos retrocesos. Hay miedo, sumisión y despidos.

3.- El proceso electoral está montado para que una vez hayas votado, te calles. Tú pintarás muy poco ante el delegado, ante el comité y ante el sindicato, que sólo desea que votes, que no des problemas y que pagues la cuota. Con lo cual aprendes que hay que ser pasivo, que protestando sólo consigues hacerte antipático, y que lo mejor es dedicarte a tus asuntos. Y una vez domesticado, los sindicatos te echan en cara que no te interesa nada, que no participas, y que por eso ellos no consiguen resultados.

4.- A pesar de todo, hay delegados honrados, y comités que intentan hacer bien las cosas y luchar por los derechos de los trabajadores. Pero el hecho es que hay una separación, una división entre el trabajador que hace su trabajo, y el delegado que está liberado o que dispone de horas sindicales. Tú no te acabarás de fiar de un delegado que no sabes a qué dedica su tiempo, y al que ves en reuniones de las que te enteras de muy poco; y él no se fía de tí, porque te ve egoísta, pasivo, apegado a tus cosas, ignorante de un montón de problemas y limitado a tu propio punto de vista. Los choques son inevitables. Porque el delegado combativo está solo: nada puede contra la patronal y sus recursos, ni contra los sindicatos, ni contra los delegados corruptos. Rápidamente se quema y aprende la lección: o se corrompe, o pierde entusiasmo, o dimite. Desengáñate: el Capitán Trueno no existe.

5.- Entonces, si las elecciones no valen para que tu voz se oiga, ¿para qué sirven? Las elecciones sindicales sirven para asignar la representatividad de los sindicatos a nivel nacional. Así, cada voto recibido sirve para que esos sindicatos obtengan la etiqueta de representativos o mayoritarios. Gracias a esa falsa etiqueta, el gobierno y la patronal reparten más de 600 millones de euros anuales (más de cien mil millones de pesetas) en subvenciones directas e indirectas (pagos de cursos, proyectos, empresas, liberaciones, subvenciones monetarias, locales, fungibles...). Estas subvenciones sirven para nutrir a una casta de sindicalistas profesionales, cuya principal misión en esta vida es no perder la poltrona. Y para ello, pactan lo que haga falta con quienes les pagan.

6.- Hay un último punto que reluce después de las elecciones sindicales: el voto no es secreto. En primer lugar, se sabe quién vota y quién no vota. El delegado sabrá si te has abstenido, y en consecuencia, te tratará con menos benevolencia que si sí votas. En segundo lugar, tras las elecciones los delegados someten a escrupuloso escrutinio los censos electorales, y los comparan con los resultados obtenidos. Dado que cada sindicato controla quienes son sus potenciales votantes (afiliados y simpatizantes), y quienes son sus potenciales enemigos (miembros de otros sindicatos), pueden cuadrar las cuentas y valorar si cada cual ha votado a quien debe votar. Si votas en blanco, nulo, o a otro sindicato distinto del tuyo, eso se acabará sabiendo. Por lo tanto hay que denunciar la falacia del voto secreto.

D) ¿Qué intereses defienden las elecciones sindicales?

Las Elecciones Sindicales y todo el actual sistema sindical español, defienden los intereses de las empresas. El empresario es el que mantiene económicamente el sindicato (él paga locales y liberaciones). El empresario negocia con un empleado suyo que es el sindicalista. El sindicalista en el mejor de los casos, hace el control de calidad de la empresa, procura que se cumpla la ley y señala al empresario los defectos que debe corregir. Pero no es la persona que intenta profundizar y obtener el más y mejor para los trabajadores. Esto es así porque los trabajadores permanecen pasivos y resignados, ya que la ley sindical y laboral los obliga al silencio y a la impotencia.

E) ¿Qué podemos hacer?

Lo primero, no colaborar con la farsa: no votar. Votar es un derecho, pero no es un deber. Si te ofrecen ser candidato, no aceptes. Si eres delegado, dimite. Pero hay que hacer algo más. No basta con quejarse, con decir que todo está muy mal. Aunque la abstención electoral sea en muchos casos superior al 50%-70%, basta con un porcentaje mínimo de votantes (los votos de los delegados y sindicalistas interesados en salir, y los de sus amigos), para que el Estado reparta entre ellos sus subvenciones. Una abstención pasiva beneficia a los sindicatos mal llamados mayoritarios. Por eso es fundamental que tú te conviertas en tu propio delegado, que tú te organices con el resto de tus compañeros, que tú hables de cuáles son tus problemas, que tú protestes, que tú decidas... Es preciso que te des cuenta que tú no eres culpable de lo mal que está el mundo, porque los culpables son ellos. Pero que sí eres responsable de lo que sucede. Si te quedas quieto, y te callas harás exactamente lo que ellos esperan de ti.

F) Existe un modelo alternativo

Es el modelo sindical de la CNT. La CNT funciona en las empresas por medio de secciones sindicales, que dependiendo de la circunstancia, están legalizadas, o son clandestinas. Una sección sindical de CNT está formada por los afiliados de CNT, que reunidos en asamblea debaten sus problemas y deciden las acciones que deben emprender para solucionarlos. No hay privilegios, ni liberaciones, ni subvenciones ni poder en manos de los delegados de la CNT, ya que toda capacidad de decisión pasa por la asamblea. Desde nuestro punto de vista, no son necesarios ni las elecciones sindicales ni los comités de empresa para hacer sindicalismo. Esa sección sindical recibe apoyo y solidaridad de la totalidad del sindicato, y presta su ayuda a otras secciones cuando lo precisan.