martes, 21 de septiembre de 2010

Avanza el fascismo en la UE


El avance histórico de la extrema derecha en las elecciones de este domingo en Suecia confirma el auge de populistas, xenófobos y nacionalistas en varios países europeos.
La entrada al Parlamento sueco de Demócratas de Suecia de extrema derecha, que recibió el 5,7% de los votos, un éxito que se suma al logrado por los partidos nacionalistas y xenófobos en Países Bajos (PPV) o Hungría (con Jobbik).
En Italia, uno de los seis países fundadores de la UE, la Liga Norte un partido en contra de la inmigración, participa en el gobierno y es el principal aliado de Silvio Berlusconi.
La extrema derecha también está representada en los parlamentos nacionales de Dinamarca, Austria, Eslovaquia, Letonia y Bulgaria.

En las elecciones europeas de junio de 2009, la extrema derecha ha logrado un porcentaje de votos de dos dígitos en siete Estados miembros (Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Hungría, Austria, Bulgaria e Italia), y un rendimiento entre un 5 y un 10% en seis otros Estados (Finlandia, Rumania, Grecia, Francia, Reino Unido y Eslovaquia).
El resultado de SD ha sido bien acogido por los fascistas del Parlamento Europeo. "Poco a poco, la gente está dándose cuenta de que la globalización afecta a todos de la misma manera" ha sentenciado el eurodiputado francés del partido Frente Nacional, Bruno Gollnisch.

Hay que remontarse hasta el año 2000 para encontrar una réplica de la UE contra la extrema derecha. En ese año, durante ocho meses, Austria tuvo que dejar de lado a sus socios europeos debido a la entrada en su parlamento de los populistas de extrema derecha Partido de la Libertad. La UE prohibió a los estados miembros dar su apoyo a los candidatos austriacos para puestos en organizaciones internacionales.
Al final, el resultado fue más que decepcionante. "Las sanciones han sido un completo fracaso, aun cuando están justificadas intelectualmente", pensó Jacques Le Rider, el ex consejero cultural de la Embajada de Francia en Viena, un año después de su terminación.
Y cuando la extrema derecha no está en el poder, sus proclamas pueden 'contaminar' los tradicionales partidos de derecha. Así, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha pretendido ofrecer la nacionalidad húngara a las minorías húngaras que viven en los países limítrofes a Hungría, causando la irritación de sus vecinos Rumania y Eslovaquia. Esta afirmación se encuentra en el corazón del programa del partido de extrema derecha húngaro Jobbik.