viernes, 1 de octubre de 2010

CCOO y UGT dan ahora marcha atrás y aceptan negociar con el Gobierno : De nuevo traicionan


El pacto de no agresión entre Gobierno y los "sindicatos" verticales que presidió la jornada de la farsa de huelga general se transformó el día después en una escena de sofá, en la que todos se mostraban abiertos al diálogo.
Todo parecía como si los rumores de un acuerdo no escrito sobre el desarrollo de la huelga entre los contendientes, en teoría enfrentados, empezaran a hacerse realidad y la negativa rotunda a negociar de CCOO y UGT en los días previos a la movilización se convertía ahora en un "si quiero" con reparos.
Y eso que desde las cúpulas de los dos "sindicatos" colaboracionistas convocantes se sigue transmitiendo una imagen de victoria que, de momento, sirve para frenar los incipientes movimientos internos contra las actuales direcciones, especialmente en UGT, aunque eso sí, responsables de la central "socialista" admiten que, a pesar de la euforia interna, "no estamos mas fuertes que antes".

Tal vez por eso de la "intransigencia inicial" a negociar se pasa ahora tender los brazos al diálogo. Cándido Méndez y Fernández Toxo van a esperar a que el Gobierno mueva ficha, aunque personas de su entorno aseguran que ya ha habido contactos informales.
El primer acto de la representación lo protagonizaban dos personajes estelares de la trama. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el llamado "cuarto vicepresidente", Cándido Méndez. Ambos coincidieron, de mañana, en los estudios de la Cadena Ser, y allí se confesaron abiertos al diálogo y al acuerdo.

Acuerdo a tres bandas

Y para completar el trío de vicepresidentes, también la segunda y responsable de Economía, Elena Salgado apostillaba que el Ejecutivo "quiere reanudar el proceso de diálogo" con los "sindicatos" para impulsar las reformas necesarias".
"Negociar los reglamentos no tiene sentido", aseguran, aunque confirman que "acudiremos a todas las reuniones que nos convoquen".Han confirmado los "defensores de los trabajadores"

Y aquí está el principal escollo, porque también ayer el portavoz del PSOE en el Congreso, que sabe de esto y manda mucho, no tenía pelos en la lengua para asegurar que "la reforma laboral hay que aplicarla en los términos en que ha sido aprobada", para posteriormente negar, rotundamente, que la aplicación de esta norma vaya a ser un punto a negociar con las centrales "sindicales".
Con los sindicatos solos no. Pero, en fuentes sindicales y parlamentarias, se comenta que la vía que maneja el Gobierno es dialogar también con CEOE para dejar en manos de "sindicatos" y empresarios las posibles modificaciones a la reforma y si entre ellos hay acuerdo, tendría la coartada para proponer los cambios que se le soliciten desde los agentes sociales. En definitiva una traición más hacia la clase trabajadora.