domingo, 13 de noviembre de 2011

El 25% de los mamíferos del planeta se encuentran en peligro de extinción


Un cuarto de los mamíferos del planeta está en peligro de extinción, ha asegurado la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) al divulgar una actualización de su lista roja de especies amenazadas.

Sus últimas revaluaciones de varias especies de rinocerontes han confirmado que la subespecie de rinoceronte negro de Africa occidental está extinto, mientras que el rinoceronte blanco del norte posiblemente ya no existe en estado silvestre.

El rinoceronte de Java puede correr la misma trágica suerte, tras haber sido encontrados los restos del último ejemplar que quedaba en Vietnam, por lo que su supervivencia en el medio salvaje depende ahora casi exclusivamente de una pequeña población en Indonesia.

El destino de los rinocerontes sólo refleja el de otras muchas especies animales que sufren de la disminución de sus hábitats, así como de la sobreexplotación con fines comerciales.

El rinoceronte es víctima de la caza ilegal, particularmente en Asia, por la demanda que hay de sus cuernos, a los que se atribuyen propiedades terapéuticas en el tratamiento del cáncer, pese a que esto no está probado y formalmente han dejado de ser utilizados en la medicina tradicional china.

El presidente de la Comisión de Supervivencia de Especies de la UICN, Simon Stuart, aseguró que el caso de "los rinocerontes negro occidental y el blanco del norte podría haber sido muy distinto si se hubiesen aplicado las medidas de conservación sugeridas".

Un nuevo desafío de conservación ha surgido en Madagascar, donde el 40% de reptiles -un componente importante de la biodiversidad, particularmente en las islas y tierras secas- está en peligro.

Camaleones, lagartijas, escíncidos y serpientes están amenazados, pero en este caso la UICN expresa cierto optimismo porque las autoridades de Madagascar han creado nuevas áreas de conservación que ayudarán a la supervivencia de especies que ya se encuentran en estado crítico, como el camaleón de Tarzán, el camaleón de nariz extraña y la lagartija sin extremidades.

En el medio marino, los peligros son tan importantes como en tierra firme. Las últimas evaluaciones de las especies de escómbridos (atunes, bonitos, caballas y caballas españolas) y de peces de pico (espada y aguja) muestran que la situación es grave para los atunes. Cinco de las ocho especies de atún figuran en la categoría de especie amenazada o casi amenazada de la lista roja de la UICN.

En peligro están el atún rojo del sur y el atún ojo grande, y en peligro crítico el atún rojo del Atlántico. El atún aleta amarilla está considerado vulnerable y el atún blanco está bajo la calificación de "casi amenazado".

La organización defensora de las especies espera que esta nueva información "sirva a los gobiernos para tomar decisiones que salvaguarden el futuro de estas especies, muchas de las cuales poseen un alto valor económico".

Pero no todas son malas noticias, pues la lista roja también aporta ejemplos de especies recuperadas gracias a esfuerzos realizados para ello. Una subespecie del rinoceronte blanco pasó de una población de menos de cien ejemplares a finales del siglo XIX a una población salvaje de más de 20.000, mientras que el caballo de Przewalski (caballo salvaje mongol) es otra historia de éxito, tras haber pasado de estar en "peligro crítico" a "peligro".

De hecho, en 1996 se le consideraba extinto en estado silvestre, pero un programa de cría en cautividad y de reintroducción en el medio natural ha permitido que ahora haya más de 300 de estos caballos.

Las amenazas a la supervivencia no sólo afectan a los animales, sino a las plantas, pero la UICN reconoce que éstas aún están subrepresentadas en su lista roja. Muchas especies de plantas también son víctimas del interés comercial, como es el caso del Taxus contorta, que se utiliza para producir el Taxol, un fármaco para el tratamiento de quimioterapia y que ha pasado de ser "vulnerable" a estar en verdadero "peligro" por su sobreexplotación para uso medicinal, aunque también se recoge para leña y forraje.

Otro caso es el del coco de mar, al que se atribuyen propiedades afrodisíacas y que también está en peligro por los incendios y la tala ilegal para extraer sus granos. Aunque actualmente la recolección y venta de estas semillas está muy regulada, se cree que existe un importante mercado negro de los granos.