miércoles, 11 de enero de 2017

Tribunal Supremo de España: la CGT “no es heredera de la CNT”



La CGT “no es heredera de la CNT”... Más claro, agua y pese a quiénes les pese. El Tribunal Supremo ha cortocircuitado la posibilidad de que la autoproclamada "anarcosindicalista" Confederación General del Trabajo pueda o pretenda recuperar una parte del patrimonio que el franquismo expolió tras la guerra civil a la Confederación Nacional del Trabajo al avalar la resolución en la que, con ese argumento, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya le negó el acceso en 2007. la CGT, como organización, no es titular de ningún derecho sobre el patrimonio sindical histórico que en su día hubiera pertenecido a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT, adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores AIT), ya que no es heredera de la CNT”.

La Sala Tercera del Supremo ha rechazado el recurso en el que 151 entidades y federaciones agrupadas en CGT le solicitaban que revocara el acuerdo por el que el Consejo de Ministros rechazó el 20 de abril de 2007 sus alegaciones contra la resolución por la que el Gobierno había resuelto, el 24 de noviembre de 2006, las solicitudes de reintegración y de compensación por el patrimonio sindical incautado por la dictadura. La sentencia cierra uno de los flecos de la peculiar relación que, entre rumores de reunificación nunca confirmados, mantienen la CGT con la sí anarcosindicalista  CNT-AIT, tras la escisión de 1979.

Entonces, los más reformistas y traidores infiltrados en la militancia cenetista favorables a participar en las elecciones sindicales y en los órganos de representación laboral se escindieron en lo que más tarde sería la CGT, mientras la histórica CNT adherida a la AIT, partidaria de otras formas de acción sindical, fuiel a los principios objetivos y finalidades del Ideal libertario, mantiene su rechazo a esas vías. Esa escisión dio lugar a un pleito por la denominación oficial que el Supremo cerró en 1989, y el Constitucional zanjó tres años después, al otorgar la titularidad de las históricas siglas anarcosindicalistas a la central que entonces lideraba Vicente Villanueva.

Sin embargo, una cosa era la asignación de las siglas y otra las aspiraciones para recuperar el enorme patrimonio que el fascismo intervino tras la guerra civil a la verdadera central anarcosindicalista la CNT-AIT, que en 1936 era, con más de un millón y medio de afiliados, el principal sindicato del país por encima de la  UGT.

Tres décadas después de que el Estado regulara por ley la devolución de ese expolio, cuyo incumplimiento han constatado tribunales como la Audiencia de Zaragoza, CNT-AIT, que valora en unos 90 millones de euros los edificios incautados, sólo ha podido recuperar 16 inmuebles cuyo valor apenas suma 1,5 millones, muy inferior al asignado a organizaciones inexistentes en 1939 como el "sindicato" amarillo CCOO y algunas patronales.

Las federaciones de la usurpadora CGT sostenían en su demanda “que a fecha 13 de septiembre de 1936 y hasta 1989 estaban -o son ahora sucesoras de ellas- confederadas en la Confederación Nacional de Trabajo (CNT)”. Sin embargo, el Supremo recoge los argumentos de la Abogacía del Estado, la UGT y la propia Confederación Nacional del Trabajo y avala la “interpretación jurídica” en la que el Gobierno central sostiene que “la CGT, como organización, no es titular de ningún derecho sobre el patrimonio sindical histórico que en su día hubiera pertenecido a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), ya que no es heredera de la CNT”.