viernes, 28 de julio de 2017

La aberración y el maltrato animal no es ni tradición ni cultura



Toros con las cornamentas ardiendo. Peleas de carneros y gallos. Caballos que cruzan hogueras. Lanzamientos de cabras y pavos desde los campanarios. Incluso hormigas rociadas con vinagre... Cada año, 60.000 animales son maltratados (y la mayoría después sacrificados) en España durante las fiestas populares, según la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales.

La mayoría, toros 
El 95% de estos animales son toros que se utilizan en corridas y novilladas (un pequeño porcentaje), y en encierros y un sinfín de peculiares festejos. "Ponemos 600 denuncias cada año", explican en Anpba. 

Leyes distintas 
El uso de animales en fiestas está regulado de una manera distinta en cada una de las 17 comunidades, el algunas peor que en otras. "La ley más mala es la valenciana", explican en Anpba. En Castilla y León, por ejemplo, están permitidos los festejos con más de 200 años de tradición. En Cataluña y Madrid están prohibidos, en cambio, los toros de fuego y toros embolados. El País Vasco también ha impedido mediante decreto el maltrato de animales en los festejos. El maltrato ya no es de "interés". El Gobierno modificó hace un mes los criterios por los que cualquier fiesta popular es declarada de interés turístico nacional, como lo son los sanfermines de Pamplona. El Ejecutivo rechazará a partir de ahora todas aquellas solicitudes en las que directa o indirectamente se maltraten animales. 
El Código Penal también castiga desde octubre de 2004 con sanciones de tres meses a un año de cárcel el maltrato de animales domésticos, una categoría que no incluye a los toros, las aves de cetrería y los animales exóticos o silvestres.


El Toro de Coria 

"El toro tiene un destino, desmostrar su bravura". Así habla, Joaquín Hurtado, alcalde de Coria. El toro tiene un destino, demostrar su bravura, y así lo hace en nuestras fiestas, en las que se combinan valor y arte. El animal no sufre. Los alfileres que se le clavan, llamados soplillos, no le hacen daño, sólo cosquillas, ya que no atraviesan su piel. Probamos en nuestras propias manos antes de lanzárselos. 
Al final muere de un tiro, así padece menos que si muriese con la espada. Comprendo que haya gente a la que no le guste y que no lo entienda. Es una tradición, no una imposición. Está declarado bien de interés turístico. La suelta del toro por el recinto amurallado de Coria cuenta con todas las medidas de seguridad, aunque a veces hemos tenido que lamentar muertes. Este año ha habido 9 heridos. Sin comentarios...

"Usar animales para divertirse es inmoral"

Alfonso Chillerón, Presidente de Anpba, manifiesta: ..."Los espectáculos con animales deberían estar prohibidos. Se les inflingen sufrimientos psicológicos y terribles malos tratos físicos. La tradición no es un argumento válido para sustentar ningún festejo que utilice y maltrate animales porque también hoy es tradición la extirpación del clítoris a las niñas en África, y en España fue tradición y manifestación cultural quemar herejes y gatos. Sin embargo, nadie en su sano juicio podría justificar tales barbaridades. Por tanto, aceptar la tradición sin cuestionar sus componentes crueles es lo mismo que negar el progreso de la cultura. La actual sociedad de ocio tiene un abanico tan grande de posibilidades que utilizar animales para poder divertirse sólo puede considerarse como una aberración ética y moral."


Las más populares, las más crueles... 

1) El toro de la Vega. Se celebra el segundo martes de septiembre en la localidad vallisoletana de Tordesillas. Es un tradición del siglo XV. El toro es perseguido en la vega del río Duero por lanceros a caballo que tienen que matarlo. Hasta hace unos años, el que lograba derribar al animal tenía derecho a cortarle los testículos, un final de fiesta que se ha eliminado. 

El toro júbilo. Se celebra en noviembre en las calles de Medinaceli, en Soria. Tradición del siglo XVI. El toro es atado por los cuernos para inmovilizarlo y encajarle así en la cabeza unos artilugios metálicos con grandes bolas de material inflamable. El animal sufre graves quemaduras y un gran estrés. Los defensores de esta fiesta alegan en cambio que al astado se le da una crema de barro para que no sufra quemaduras y que se ha eliminado la tradición de matar al toro tras el encierro nocturno que realiza con sus cuernos envueltos en llamas. Los ‘toros de fuego’ también son muy populares en Valencia, donde más de 140 municipios los incluyen en sus festejos. En ellos se sacrifican unos 1.200 astados cada año. 

Toros enmaromados. También conocidos como toros ensogados. Las reses son sujetadas por la cabeza para atarles los cuernos. Luego son arrastrados por las calles. Las sogas producen grandes traumatismos en la cepa del cuerno y profundos desgarros en los músculos del cuello. Estos festejos son típicos en media España: Aragón, Navarra, La Rioja, Andalucía, Valencia y, sobre todo, en Castilla y León. El más famoso es el de Benavente, en Zamora, entre el 9 y el 14 de junio. 

Toro de San Juan. Se celebra entre el 23 y el 28 de junio en Coria (Cáceres). El toro es soltado por el recinto amurallado de la ciudad y, como si fuese una diana, se le lanzan soplillos (gruesos alfileres) que se clavan en su piel. Después se le dispara un tiro. Esta fiesta, que data del siglo XVI, está declarada bien de interés turístico.


Tradiciones que han dejado de serlo 

La cabra desde el campanario. Desde el año 2000, el pueblo de Manganeses de la Polvorosa (Zamora) ya no arroja una cabra desde el campanario de su iglesia. Al menos de carne y hueso. Ahora lanzan una de cartón piedra. 

Los gallos de guarrate. Los quintos del pueblo, en Zamora, pasaban a ser hombres montados a caballo y blandiendo una espada. Con ella tenían que descuartizar los gallos colgados en la plaza. La pava de cazalilla.

La pava de cazalilla. Desde el siglo XIX los vecinos de esta localidad de Jaén tiran una pava desde el campanario de la Iglesia. La tradición augura buena suerte para quien la atrape. El Ayuntamiento ha sido sancionado.